Los médicos fundadores no expresan ninguna opinión religiosa o filosófica. Están comprometidos sencillamente a respetar los principios éticos definidos en el juramento de Hipócrates, por el bien de los pacientes.
Tienen un doctorado en medicina académica clásica, y son expertos en métodos reguladores de medicina natural científica.
La primera preocupación de los médicos de la Clínica es conseguir comprender, con benevolencia, individualmente y metódicamente, la personalidad del enfermo.
Los médicos no inician un tratamiento o análisis médico sin haber informado antes al paciente, de manera clara y exacta, para que éste tenga la oportunidad de elegir libremente. La búsqueda, juntos, de los motivos de la enfermedad y de los respectivos tratamientos conduce a una comprensión profunda y a una colaboración, apasionada, entre médico y paciente en el camino hacia la curación.