Doctor en Medicina Maximilian Bircher-Benner (1867-1939)
En calidad de médico investigador comprometido, el Doctor M. Bircher-Benner descubrió el efecto considerable del régimen dietético vital de los vegetales crudos y de la terapia reguladora. En 1905 publicó su primera teoría dietética, que fue muy apreciada.
Ya en aquélla época él demostró, no sólo desde el punto de vista clínico, sino también apoyándose a la segunda Ley de termodinámica, la Ley de la entropía, que no es la energía calórica de los alimentos sino la cantidad de energía que estos alimentos contienen que es decisiva para la conservación de la salud y conseguir curarse.
Siempre en la misma época él explicó que la energía de las células vivas de los vegetales crudos es semejante a la luz solar, y las llamó acumuladores de luz. Más adelante, las dividió en cuatro categorías, según su afinidad biológica con la fotosíntesis. Estas cuatro categorías se convirtieron en la base de su dietética.
En el siglo que siguió, se consiguió medir la acumulación de luz, y se demostró que las células vivas acumulan los fotones de luz solar como lo hacen con el láser. Este efecto luminoso activa los sistemas de enzimas mucho más intensamente que la energía calórica (factor de 1030). En su proyecto de terapia global, el Doctor Bircher-Benner se adaptó exactamente a las condiciones establecidas por la naturaleza, y consiguió un resultado terapéutico que, hasta entonces, no se había conseguido, con enfermedades consideradas incurables. En 1937 rehusó, por motivos políticos, el nombramiento de Professor Ordinarius en el Hospital Rudolf Hesse de Berlín.
La Clínica Bircher-Benner ha acogido pacientes como el Zar Nicolás II, Sir Stafford Cripps (Ministro de Asuntos Exteriores de Churchill), la Presidenta de Israel Golda Meyr, el Presidente tunecino Habib Bourguiba, Rainer Maria Rilke, Thomas Mann, Hermann Hesse, Geza Anda, Jehudi Menuhin, Helena Rubinstein, y muchas otras personalidades. Entre los amigos del Doctor Bircher-Benner figuran la Doctora y Pedagoga María Montessori, el Doctor Auguste Forel, y Sigmund Freud (al que consideraba con cierto criticismo, desde su interpretación tan diferente del complejo de Edipo, en su libro “Der Menschenseele Not” (El dolor del alma humana), el Siquiatra C.G.Jung, y el Poeta suizo Carl Spittele.